- Presentan el documento ”México, en camino hacia la reducción de las grasas trans o AGT-PI
- Un retroceso en México tendría efectos regionales: alrededor del 13 % de la población de las Américas perdería la protección normativa frente a una sustancia ya reconocida como nociva.
Ciudad de México a 30 de octubre de 2025. Durante el foro virtual “El camino de México para prohibir las grasas trans: desafíos y resistencias” representantes de la sociedad civil de México, Panamá, Colombia, Bolivia, Argentina y Perú advirtieron sobre la necesidad de prohibir las grasas trans y advirtieron sobre la interferencia de la industria la cal despliega estrategias para coartar cualquier intento de avance.
Claudia Moreno de Salud Justa Mx señaló “México dio un paso histórico al alinear su marco legal con las mejores prácticas de OPS/OMS mediante la adición del artículo 216 Bis a la Ley General de Salud (prohibición de aceites parcialmente hidrogenados y límite ≤2 g de AGT-PI/100 g de grasa); sin embargo, la falta de reglamento y de verificación ha dejado la norma en pausa. Hoy existe, además, el riesgo de una reforma que diluya esos estándares justo cuando nuestro monitoreo independiente muestra que una proporción relevante de productos todavía supera el límite permitido, lo que confirma la necesidad de activar la política en campo y no solo en el papel”.
Por su parte Fabio Da Silva Gómes, asesor regional en nutrición, OPS/OMS sostuvo “Un retroceso en México tendría efectos regionales: alrededor del 13 % de la población de las Américas perdería la protección normativa frente a una sustancia ya reconocida como nociva. Eso enviaría una señal equivocada a la industria, debilitaría la fiscalización y abriría la puerta a la reintroducción de insumos que otros países ya excluyeron. La ruta responsable es conservar el texto vigente del 216 Bis de la Ley General de Salud, publicar el reglamento e iniciar verificaciones para asegurar su implementación efectiva y sostener los avances en salud pública”.
Bethy Cruzado, directora del Movimiento de Alimentación Saludable (Panamá) advirtió “En Panamá, actualmente se discute el Proyecto de Ley que prohíbe expresamente los aceites parcialmente hidrogenados (APH), fue aprobado en primer debate y se encamina al segundo debate en la próxima legislatura, sin embargo, la interferencia llega desde el primer día, pero nuestra respuesta es evidencia, acompañamiento y claridad técnica. Panamá avanza con una ruta clara: blindar el texto legal, establecer límites de AGT-PI en todos los alimentos, y preparar la implementación con verificación sanitaria”.
Lina Cerón de Red Papaz en Colombia expuso “En los últimos años, Colombia ha dado pasos decisivos para reducir el consumo de grasas trans industriales. Desde la Ley 1355 de 2009 y la Resolución 2508 de 2012, que establecieron límites iniciales, hasta la Ley 2120 de 2021 y sus resoluciones complementarias, que introdujeron el etiquetado frontal de advertencia, el país ha fortalecido su marco normativo. La reciente Resolución 2066 de 2024 consolida este esfuerzo al fijar un límite máximo de 2 g por cada 100 g de grasa total y ordenar la eliminación progresiva de aceites parcialmente hidrogenados. Estas medidas alinean a Colombia con los estándares internacionales. El desafío ahora es asegurar su implementación efectiva en medio de cambios institucionales.
Christian Monje de la Fundación Bolivia Saludable dijo “Aunque la Constitución boliviana reconoce la alimentación saludable como un derecho fundamental, y desde 2016 existe una Ley de Promoción y Alimentación Saludable, la falta de reglamentación ha limitado su aplicación efectiva. Esta situación ha impedido avanzar en políticas clave como la eliminación de grasas trans, alejando al país de los estándares internacionales. Ante el contexto político actual y la influencia de intereses industriales, es urgente que la sociedad civil impulse el debate legislativo y proponga recomendaciones técnico-legales que permitan reactivar los proyectos de ley paralizados”.
Luciana Castronuovo de FIC Argentina enfatizó “La actualización del Código Alimentario Argentino fue posible gracias a una ruta ágil liderada por Comisión Nacional de Alimentos, el Ministerio de Salud y al trabajo articulado con una coalición amplia de sociedad civil. Logramos alinear los límites de grasas trans a los estándares más exigentes, con una implementación viable para la industria, señaló.
Castronuovo subrayó que el monitoreo independiente complementa el control oficial: “Desde FIC y aliados revisamos etiquetas y categorías de nicho; cuando detectamos riesgos, entregamos evidencia al Estado para fiscalizar.” También resaltó el papel de la consulta pública y el respaldo técnico: “Más de 60 apoyos formales con evidencia sólida desactivaron objeciones y facilitaron la aprobación.” Argentina avanza ahora en fortalecer capacidades de laboratorio y mantener alertas sobre productos de riesgo.
Jaime Delgado ex congresista de Perú autor de la ley de Alimentación Saludable apuntó “En el Perú desde hace 25 años iniciamos con el proceso para llegar a la prohibición total de las grasas trans. Lo logramos instalando una idea sencilla y verdadera: las grasas trans son veneno. Durante la transición exigimos la advertencia ‘contiene grasas trans, no lo comas’ y eso aceleró la reformulación: ninguna empresa quería ese sello en su producto.”
“Cuando la industria intentó echar abajo la ley, la movilización ciudadana y el respaldo de OPS/OMS, FAO y UNICEF hicieron inviable el retroceso. La tarea ahora es clara: blindar el reglamento, verificar de forma permanente y mantener alerta temprana frente a la desinformación. Solo así la protección se verá en los anaqueles y en la mesa de las familias, no solo en el papel.”
Marita Pizarro de la Coalición Latinoamérica Saludable (CLAS) “Las grasas trans industriales no son esenciales ni aportan beneficio alguno a la salud; su eliminación total de la dieta es una medida sencilla, de bajo costo y altamente efectiva para prevenir enfermedad cardiovascular y muertes prematuras.
La evidencia es contundente: países que regularon adecuadamente reportan menos eventos coronarios y hospitalizaciones. La región de las Américas ya demostró que reemplazar las grasas trans por aceites más saludables sí es viable”.
El estudio de caso preparado por Salud Justa Mx y la Coalición México Salud-Hable documenta de manera rigurosa cada etapa del proceso, abarca las estrategias de incidencia, el papel de las alianzas entre organizaciones, los debates legislativos, los retos de implementación y las oportunidades para la cooperación regional. Compartir esta experiencia puede fortalecer los esfuerzos de otros países y enriquecer el diálogo sobre salud y regulación alimentaria en América Latina.

